viernes, 22 de mayo de 2009

ENCUENTRO DE FAMILIAS HOMESCHOOLERS EN MURCIA

Acabamos de volver de Múrcia.
Por cuarto año consecutivo hemos pasado unos maravillosos días conociendo a otras familias de todo el Estado que escogen educar a sus hij@s en casa.
Todos tan distintos y sin embargo de cada familia nos llevamos algo. Estamos decididos a viajar y profundizar en las relaciones con estas familias en su medio natural, sus hogares. También abrimos las puertas de nuestra casa para recibir homeschoolers encantados de la vida.

En esta ocasión, a diferencia de las anteriores, nos sentíamos "veteranos" en el encuentro.
Me explico: ya no tenemos dudas de nuestra elección. Sabemos qué nuestros peques no irán a la escuela (salvo que ellos lo pidan), que nos definimos como unschoolers y que conocemos nuestros derechos legales. Hemos creado una red social en Ibiza de familias con nuestros mismos intereses e inquietudes, donde nuestros hijos encuentran amigos (niños y adultos) con quienes relacionarse ("socializar") en el marco de nuestros valores "educativos" y el mundo es tan grande...

Del encuentro resaltamos las profundas conversaciones con Ángel, que tanto me hacen reflexionar sobre mi papel en mi relación con mis hijos. Coincidimos ambos que a los niños no hace falta "trabajarles" nada, que somos nosotros, los adultos, quieres tenemos que "trabajarnos" para ofrecernos como guías para nuestros retoños.

También me quedo con las reflexiones de varias madres con niños mayores sobre lo rápido que pasa el tiempo y que a los 11-12 años ya están todas las cartas echadas y que ya poco más puedes hacer. Ya no dependen de ti, ya buscan satisfacer su curiosidad y sus intereses de manera mucho más independiente (algo que no se permite ni se fomenta realmente en la escuela y el instituto). Y que con 4 añitos mi niña mayor es aún muuuuuy pequeña, que su necesidad de contacto, atención única poco interés por otros niños... es totalmente lícita (y es que a veces se me olvida, con el bebé en brazos que Ella también sigue necesitando los brazos y el pecho y que le sigue importando un bledo si hay niños para jugar o no, que para ella son desconocidos y le dan miedo, que lo que quiere es que sus padres juguemos con ella y nos dejemos de charlas).

Próximo encuentro en septiembre. En el mismo sitio. (¡Qué bien! Porque además las instalaciones han estado ¡geniales!)